domingo, 29 de agosto de 2010

Una telaraña para ahogarme


A veces me olvido quien sos, a veces me olvido todo lo que hiciste por mí, a veces lloro cuando sé que no estas, que te fuiste sin mi. A veces te miro y me repugna tu sonrisa, a veces me harto de tu voz, a veces la busco en los más pequeños atomos que bailan en el aire y juegan alrededor mío mientras me mareo, me desespero, me desencuentro. No sé quien soy sin vos, pero no quiero ser lo que soy con vos. A veces me doy cuenta. Es obvio, no te pasa lo mismo, no somos los mismos, las mismas, yo te veo diferente y sé que vos a mí también, se que extrañas el momento en que nos conocimos, porque las fichas caían perfectamente en el rompecabezas quitándole su carácter de rompecabezas, para no buscar otra palabra, sé que extrañas nuestro pasado, porque yo también lo anhelo y cuando hablamos ya no sé con quien hablo. ¿Por qué cambiamos? ¿Por qué no se siente igual? ¿ Es por qué me equivoqué, porque por momentos me escapé? ¿ O será que guardo rencor por las veces que te olvidaste de mí? Sí, te olvidaste de mí, miles y eternas veces no te importe. Lo sé y cada tanto me acuerdo cuando me agarran puntadas que no puedo controlar, no cesan en la soledad. Te extraño a vos, de ayer, no de hoy. Hoy no sé quien sos, no sé quien soy sin vos, ni con vos. No quiero ser lo que fui con vos. Te quiero a vos. De ayer.

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