En sonrisas se regocijaba mientras los giraba en la ruleta como dados que el juego absorbe y no deja terminar. Su companía la empujaba a la plenitud, al riesgo inútil pero pleno, mientras ellos jugaban contra el tiempo, y dejaban sus almas en batallas contra su mal temperamento. No era adrede, no, pero por dentro siempre disfruto ser la fruta prohibida, ella quería las miradas, los campos minados siempre fueron su hogar, las lágrimas, un juego de falsa inocencia o ingenuidad, su fuerte a la hora de desempatar. ¿Y quién la entiende? Ella sabe que nadie la quiere, por eso juega a la ruleta sin cesar, porque no tiene nada que perder. Más que dos fantasmas que procuran amarla hasta el amanecer, y entonces sus máscaras han de volver, para revolcar el silencio de ella contra de su ser, en forma de crónicas con sabor a dolor, sabor a su piel.
Y ahora se domina, ella toma las riendas y busca respirar. El vicio mató el placer, de jugar a los silencios, a las mentiras, y al perder todo por un amor desenfrenado. Pero cómo pretende salir si la acorralan los sentimientos, los fantasmas no la dejan respirar, no la dejarán en paz, porque ella lo pidió, ella les rogó que la guíen, que sean su compañía. La miseria ama la compañía.
Ahora esta perdida, el lujo de la soledad la engaña pero procura no acomplejarse, es lo mejor que ha conseguido en años, poco a poco se reconoce en la felicidad, ya no necesita esconder sus lágrimas en la lluvia, porque ahuyentó a los fantasmas que tanto la querían, se impuso por primera vez, y los enterró en la cueva del pasado, donde los ve solo como fotografías instantáneas que no resurgen a la vida, y sonríe, sonríe a la prosperidad, sonríe porque ve como el horizonte se le acerca sin fantasmas, solo con alegrías y nuevas oportunidades.
I'm walking this road because you stole my car- Fascinoma
- Esa canción me atormentó mucho cuando estaba mal, pero es muy linda.
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