domingo, 7 de abril de 2013
Amar es poder y el amor, es poder.
A veces me pregunto que piensa cada uno en el momento en que esta conociendo a otra gente. Se me ocurren una vasta cantidad de posibilidades que no alcanzo a encuadrar siquiera en el marco mismo del lenguaje, porque hay opciones que exceden lo que quisiéramos pensar y se piensan en acciones instintivas y no palabras, como un huracán incontrolable de gestos exagerados y movimientos que raramente planeamos con anticipación. Pero más que nada me pregunto si alguien siente lo mismo que yo? Si alguno empieza a pensar cada vez que se le acerca alguno.. alguna.. en el corazón que esa persona puede tener, su tamaño, su fuerza, su debilidad... ¿Nadie piensa que si le permitís entrar en tu mundo, puede que, desafortunadamente, ese corazón caiga en tus manos?... Yo si. De afuera se contempla un ser casi torpe al habla, diciendo inevitablemente todo lo incorrecto... Pero si escarbas tan solo un poco mas..podes llegar a ver mis manos temblando, con el doloroso miedo de verse ocupadas con otro corazón de cristal..Porque abrirse y dejar que se abran es recibir, cargar más que nada... Corazones de cristales. Y siempre me dijeron que tengo manos muy pequeñas, que no se usarlas, controlarlas, siempre dije que no quiero cargar pesos frágiles. Y el corazón, por ser el músculo principal, muchos olvidan su fragilidad, o también olvidan el poder de las manos, que puede romper un corazón con un movimiento inesperado.
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